
Hoy en día, navegar a tu web favorita no tiene ningún misterio. Escribes el nombre de dominio y en pocos segundos, la tienes en tu pantalla.
Esto, que es algo que todos asumimos hoy en día, no era así en los comienzos de Internet.
Antes la navegación era mucho más complicada y limitada, pero todo cambió con la llegada de los DNS.
¿Te suena esa palabra pero no sabes qué función tienen? Pues no te preocupes, porque en las siguientes líneas te contamos:
- Qué son las DNS
- Para qué sirven.
- Cómo funcionan.
- Cómo cambiarlas.
En definitiva, todo lo que debes saber sobre la “magia” que hay detrás de Internet.
¿Qué es el DNS y para qué sirve?
Antes de explicarte qué es el DNS, es importante que sepas cómo funciona Internet.
Sin entrar en mucha profundidad y de forma muy sencilla, cuando visitas el dominio de una web en el navegador, en realidad lo que estás haciendo es acceder a una dirección IP de un servidor.
Es decir, que la navegación en Internet consiste en conectar la IP de tu dispositivo con la IP del hosting donde se aloja una web.
¿Qué ocurre? Que el aspecto de una IP es este: 216.58.215.131.
Como es obvio, es mucho más sencillo recordar “google.com” que “216.58.215.131” y ahí, es donde entran los DNS.
Porque el DNS (de Domain Name System o Sistema de Nombres de Dominio en nuestro idioma) es el encargado de traducir el dominio que has escrito por la dirección IP de la web.
Es decir, que sirven para facilitar la navegación por la red de redes, ya que hacen mucho más sencillo navegar por Internet.
Es como la agenda de tu teléfono móvil, donde tú eliges un nombre pero en realidad, estás marcando un número.
¿Cómo funciona el DNS?
Para explicar el funcionamiento del DNS, a continuación te contamos punto por punto qué ocurre cuando escribes un dominio:
- El dispositivo busca en su memoria caché la IP del dominio.
- Si no da con ella, envía una petición al servidor DNS local.
- El servidor local repasa su memoria caché y si no está, envía una petición al servidor raíz del dominio.
- Este último localiza la IP asignada al dominio en cuestión, y envía la información necesaria para que tu dispositivo pueda mostrar la web.
Aunque quizás lo que más sorprenda es que todo esto, ocurre en menos de un segundo.
Cómo cambiar el DNS en tu dominio o dispositivo
Una vez explicada toda la teoría sobre el DNS, llega el momento de “mancharse las manos” y mostrarte cómo puedes cambiarlo.
Y como hemos visto que es algo que afecta tanto a los dispositivos como a los servidores, te enseñaremos cómo se hace en ambos lados.
Como comprobarás, la dificultad es mínima.
1. En tu dominio
Ya sea porque has comprado el dominio por separado y quieres que apunte a tu servidor, porque has contratado CloudFlare o por el motivo que sea, puede darse la situación en que necesites cambiar el DNS a tu dominio.
Pues tenemos una buena y una mala noticia.
La buena es que hacer el cambio es muy fácil. La mala es que los pasos varían según cada caso.
Es decir, que el proceso es distinto según cada gestor de dominios. Por suerte, en todos los pasos son (más o menos) los mismos:
- Accede al panel de control.
- Busca la opción “usar DNS personalizados” (o algo parecido).
- Rellena los campos con los nuevos DNS.
- Confirma los cambios.
Importante: los cambios en los DNS no tienen efecto inmediato, sino que pueden demorarse 24 horas o más.
Es lo que se conoce como “propagación de los DNS”, y es el tiempo que tardan el resto de servidores en ser conscientes del cambio.
2. En tu equipo
Si donde quieres cambiar el DNS es en tu dispositivo, el proceso es diferente según el sistema operativo que uses.
En caso de ser usuario de Windows, los pasos a seguir son estos:
- Abre la configuración de Windows desde el menú de Inicio.
- Pincha sobre el apartado “Red e Internet”.
- Haz clic en el texto que indica “Cambiar las propiedades de conexión”.
- En el apartado “Configuración de IP”, pincha en el botón “Editar”.
- Rellena los campos “DNS preferido” y “DNS alternativo”.
- Haz clic en “Guardar”.
¡Y listo! Ahora, si tu equipo funciona con MacOS, el proceso es el siguiente:
- Abre “Preferencias del sistema > Internet y conexiones inalámbricas > Red”.
- Elige conexión inalámbrica o por cable según cómo se conecte tu ordenador.
- Pincha en “Avanzado”.
- Navega a la pestaña “DNS” y añade los nuevos valores.
- Confirma los cambios.
Ahora, ¿qué DNS recomendamos usar? Todo depende de lo que busques.
Si quieres la máxima velocidad, los DNS de Google (8.8.8.8 como principal y 8.8.4.4 como alternativa) son una gran opción.
Pero tu privacidad será menor.
Y si eso es justo lo que valoras, te recomendamos los DNS de CloudFlare (1.1.1.1 como principal y 1.0.0.1 como alternativa).
Aunque por supuesto, tienes muchas más opciones.
Ya conoces qué son los DNS y para qué sirven
Como has comprobado, los DNS supusieron un gran cambio a mejor en Internet, ya que gracias a ellos la navegación se volvió mucho más sencilla.
Porque gracias a ellos, no tenemos que recordar una serie de números sin sentido, y además nuestra web puede tener un nombre mucho más atractivo.
Así que, ¡tres hurras por los DNS!